Dromomanía.


Dromomanía.

      Inclinación excesiva u obsesión patológica por trasladarse de un lugar a otro. Así lo define la Real Academia Española, a decir verdad; no tengo esa inclinación excesiva, ya que puedo permanecer en algún lugar por prolongado tiempo, siempre y cuando este por mi propia voluntad, aunque hay voluntades con acciones involuntarias, pero necesarias que debemos llevar a cabo y que en ocasiones nos inquietan y  despierta en nosotros esa parte interna de dromomanía que algunas personas llevamos dentro de nuestro existir.

Enumeraré algunos ejemplos tales como:

·         Cuando te están cortando el cabello.
·         Esperando la luz verde del semáforo.
·         En sesión con el dentista.
·         Hacer fila para algo indispensable.
·         O cuando te están lustrando los zapatos.

Te conviertes en una persona inmóvil; estás ahí a voluntad propia, pero es un espacio de tiempo en el que no puedes trasladarte a otro lugar, tiempo que inviertes para tu salud, tu imagen o tu seguridad, pero esa inversión implica estar por un periodo de tiempo en modo “sedentario”.

Son momentos en los que reprimes involuntaria, pero conscientemente el moverte o acudir a algún otro lugar,  son instantes que te atrapan, te inmovilizan en un solo espacio y no queda otra cosa más que esperar, y eso en ocasiones desespera ya que merma tu parte “nómada”.

Y es que el abandonar esas reglas, momentos o actividades, implican su riesgo; si te mueves mientras te cortan el cabello, el peluquero te puede cortar una oreja; tal como si fuera torero, aunque no seas un ejemplar taurino. Si no esperas la luz verde para cruzar la calle ya sea como peatón o como automovilista, corres peligro que te atropellen o provocar una colisión. Con el dentista, mejor ni moverse ya que ahí si te va peor, haciendo fila para algún trámite indispensable avanzas poco a poco pero si abandonas la fila, como se suele decir; el que se fue a la villa perdió su silla, y al lustrar los zapatos si te mueves pues te hacen todo un mural de arte contemporáneo en los calcetines.

Ante ese tipo de casos, la espera es Justificable pero Ineluctable…. Aunque el que espera, desespera.

Francisco Castro.

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