Serenatas.
Serenatas.
¿Aún existen las serenatas? Así leí la
publicación de una señorita quien al parecer se asombró, persona joven ella; grabó
con su celular el sonar de la banda sinaloense y en el video, aunque oscura la
noche se observaba la silueta de los músicos frente a un balcón interpretando
melodías que llaman al amor.
En películas de antaño, podemos
observar algún caballero con una pasión desenfrenada tocando su guitarra y cantando
al pie de la ventana de una joven, era como una forma de enamorar a esa persona
que embelesa con su mirada límpida, que te deja absorto con su refulgente
presencia.
Las serenatas, tradicionalmente
son por la noche y la intención es sorprender a la persona por quien estamos
interesados, aunque en ocasiones el sorprendido pueda ser quien lleva la
serenata, ya que dicha acción puede ser tomada como una osadía por la futura
suegra o bien si no eres de la gracia de la pretendida, en lugar de abrir la
ventana para platicar y agradecer el gesto y la atención de haber llevado “gallo”
como también suele decirse; te sorprendan con un cubetazo de agua fría o como
dijo Chava Flores en su canción: Las otras mañanitas. “U otro líquido que
manque nuestro honor”.
Además de enamorar a quien
pretendemos con exquisitas letras de canciones de compositores como Agustín
Lara, como aquella que dice: Acuérdate de Acapulco Maria bonita, Maria del alma,
o la melodía denominada “noche de ronda”, las serenatas también son útiles para
agasajar y halagar a la novia, esposa, o una manera de celebrar con música las
tradicionales mañanitas y/o canciones del agrado de una persona que cumple años
o festeja su onomástico. O también para desenamorar, es decir; como la famosa
canción del hidrocálido compositor Alfonso Esparza Oteo que dice:
"Creibas" que no había de hallar, amor como el que perdí, tan al pelo
lo "jallé", que ni me acuerdo de ti. Nomás un orgullo tengo, que a
"naiden" le sé rogar, ¡ay!, que la chancla que yo tiro, no la vuelvo
a levantar.
Y como todo en esta vida, las
serenatas evolucionan; desde aquel caballero al pie de la ventana de su amada
con su guitarra, hasta llevar mariachi, banda, tríos, a capela, o con el equipo
de sonido de tu vehículo, inclusive hasta con un aparato portátil (bocina), al
cual conectas un dispositivo de almacenamiento de datos conocido como memoria o
usb, lo importante es hacerse ser escuchado desde la ventana de la persona que
deseamos halagar, enamorar o desenamorar.
Una tradición decumbente ante las
nuevas generaciones, quizás por la facilidad y cercanía de contactar a las
personas a través de internet con un simple teléfono celular, y por qué no;
enviar por la noche el link de una melodía por medio de internet, esa sería;
salvo su mejor opinión: “Una Serenata Moderna”.
Francisco Castro.
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