El músico y el cantinero.
El músico y el cantinero.
Francisco Castro.
Las personas que se dedican profesionalmente a la musica, y me refiero a profesional no solo a aquellos que realizan presentaciones en eventos masivos, graban discos y venden su música en plataformas digitales, sino a toda persona que cobra por prestar sus servicios en ese ámbito ya que es la profesión o en este caso el oficio que ellos ejercen lo que los identifica.
Profesión en ocasiones complicada y riesgosa por cierto, ya que no falta que alguien se incomode por alguna melodía que se haya entonado, o alguna persona se moleste por que aún no le cantan la canción que solicitó, o tocar sin descanso hasta que el cliente les pida y mandé pagar canciones.
Por su parte el cantinero, oficio con mucha diversidad por cierto; ya que además de servir copas, plática, escucha y hasta da consejos a sus clientes, también debe de ser muy ágil y moverse rápido para no ser alcanzado por un botellazo a la hora de los trancasos.
Divertir y entretener a los clientes es fundamental en ese giro, atender y hacer sentir bien a quienes les otorgan un servicio como el cantinero, o quienes elevan los ánimos con divertidas e intensas melodías o hasta dar consuelo con alguna canción que evoca la nostalgia de quienes las escuchan.
¿Pero cuando se deja de ser profesional?
Cuando se deja de entretener y divertir a quien les contrata, cuando se rebasan los límites y se sobrepasan los parametros de la interacción musico-cliente, lo comento por mi Tío Chapo (finado), quien salía junto con mi abuelo paterno a tocar en las cantinas para obtener el sustento económico que les permitiera sostener a su familia, y mi tata aconsejaba y regañaba a mi Tío Chapo diciendole: Escucha Chapo, el músico y el cantinero están para entretener y divertir al cliente, pero mi Tío Chapo no capto bien el consejo y cuando le contrataban para tocar, empezaba a tomar cerveza junto con el cliente, se emborrachaba primero que el cliente, al poco rato discutía con el cliente y finalmente terminaba casi o en ocasiones; la discusión a golpes con quién le había contratado.
Generalmente, en la familia recordamos esas anécdotas de manera graciosa y reímos, pero atendiendo la triste realidad, el Chapo; como le decían, no fue profesional en el ámbito musical, a final de cuentas; no solo en la musica, sino en cualquier profesión u oficio se deja de ser profesional, precisamente cuando se rebasan algún límite o parámetro durante la interacción con el cliente.
Francisco Castro.
Me gusta. Esto pertenece al género narrativo.sigue escribiendo, eso le hace bien a la mente.
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